No Basta Solo Con Admirarlo


Siempre he enseñado que no basta con admirar o saber de Jesús, es necesario hallarlo y para ello hay que morir. Jesús no vino para ser admirado como hoy en día se admiran a los actores de cine, futbolistas, millonarios, etc. Si Jesús hubiese querido enriquecerse  y ser como estos, le hubiera bastado con cobrar cuantiosas sumas por sus prodigios y sanidades milagrosas y habría sido el hombre más rico del mundo. Con seguridad que millares hubiesen viajado desde tierras lejanas para recibir curación, no importando precio ni esfuerzo. Otros, como cualquier turista curioso de la actualidad habrían pagado por presenciar el espectáculo.

Pero Jesús, no se movió por ese interés mezquino, El tuvo que pagar con su vida por hacer gratuitamente estos favores a los hombres; enseñando además a sus discípulos a seguir este ejemplo: Juan. 13:15 y 17 “15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” y “17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis”. Hoy en día (mas que en el pasado) con la utilización de los modernos medios de comunicación y la utilización de las mas sofisticadas políticas de ventas, contrario a las enseñanzas de Jesús, muchos se han enriquecido a costa del evangelio. Otros han torcido y retorcido la interpretación de la Palabra de Dios, enseñando a buscar los bienes materiales como la gran bendición de Dios, ignorando que ésta no se mide por los valores materiales sino espirituales; hay una buena cantidad de creyentes que aceptan y aplauden estas erróneas interpretaciones apoyados más en su propia avaricia y codicia que en la verdad de las escrituras.

Referente a este tipo de hombres que comercializan con el evangelio, podemos aplicarnos la palabra escrita en 1 Timoteo 6:5 “disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales”...¿Fue esto solamente para los primeros cristianos o también para los que hemos nacido y vivimos en esta era?.  Pareciera ser, que para estos comerciantes del evangelio, se les olvida que Jesús renunció a todo... “...siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo...hecho semejante a los hombres” Filipenses  2:6..7. Para poder convivir con nosotros en este mundo, Jesús renunció al hecho de ser Dios mismo, mediante la operación de uno de los misterios más grandes, según lo que leemos: en 1 Timoteo 3:16 “...grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne... 

En el mundo no buscó gloria ni fama (cosa propia de los hombres) sino que nació en un  pesebre en una humilde aldea. Sus padres terrenales los que escogió para que fuesen sus tutores no fueron príncipes de este mundo sino personas muy sencillas y pobres; tampoco se instruyó a los pies de ningún hombre sabio, pues considero superior el conocimiento de Dios. Cuando escogió sus discípulos lo hizo buscando gente sencilla y menospreciada por la sociedad, de esa que llaman vulgo. Después de ello inició su ministerio enfocando su atención principalmente a los pobres como la razón más poderosa de su misión. Caminaba siempre en sus viajes, de preferencia por las aldeas, según leemos anunciando el evangelio y sanando por todas partes, según nos relata Lucas 9:6;  No por ello quiere decir que salvaba a todos los pobres por ser pobres, sino enseñaba que dentro de ellos que están los más necesitados de Dios a quienes él escogería.¿Quiénes de verdad siguen a Cristo?.

A un verdadero cristiano no debe bastarle sólo admirar lo que El hizo, sino que debe estar dispuesto a imitar en todo a su maestro; según lo leemos en 1 Juan 2:6 “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”. Aun cuando el mundo esta lleno de admiradores de Jesús, a quien le cantan, oran y vitorean; son muy pocos los que están dispuestos a imitarle efectivamente, como lo enseña Pablo: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo (1Corintios 11:1). No basta, pues, con hablar de su abnegación y renuncia, porque Él demanda lo mismo a quienes le siguen: ...si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame... Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiera su alma?... Mateo 16:24 y 26. 

Observe que para alcanzar a Cristo y su salvación hay que estar también dispuestos a perder las glorias que este mundo ofrece. Los ojos de Jesús nunca se dirigieron a las grandes ciudades ni a los ricos, porque no necesitan de Dios; los dioses de ellos son otros siendo uno que encabeza el dinero de quien la palabra enseña “...el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe... (leer 1 Timoteo 6:10). Igualmente resulta antagónico el surgimiento de grupos cristianos que promueven exclusivamente el poder político y la prosperidad económica como señal de la bendición de Dios, pues desde este punto de vista y siguiendo sus enseñanzas, resultaría entonces que tanto Cristo como Pablo y demás discípulos vivieron bajo maldición, pues rechazaron la gloria de los hombres para vivir como pobres. 

No basta con admirar a Jesús, ni siquiera con entender su doctrina; hay que seguir su ejemplo, si es que valoramos más la vida eterna que la vida en este mundo. ¿Lo entiende? Si Dios le ha llamado a ser realmente como Jesús, Él le exigirá una vida de crucifixión y humildad; pondrá sobre ti tal demanda de obediencia que no te será posible seguir a otros, ni medirte a ti mismo por otros cristianos. En muchos asuntos Él aparentemente permitirá a otras personas practicar actividades dudables, los cuales no te permitirá a ti tocar. Otros podrán jactarse de sí mismos, de sus obras, de sus éxitos, de sus escritos, pero el Santo Espíritu no te permitirá a ti hacerlo. Si comienzas a hacerlo, Él te sumirá en una profunda mortificación, la cual hará que te desprecies a ti mismo y tus buenas obras. A otros les puede ser permitido tener éxito en ganar dinero o pueden obtener una herencia dejada para ellos. Pero es probable que Dios quiera tener para ti alguna cosa mucho mejor que el oro; Él quiere tener el privilegio de suplir tus necesidades día a día.

El Señor puede permitir a otros ser halagados y puestos en alto, pero a ti quizás quiera guardarte escondido en oscuridad, porque Él quiere producir en ti, algún selecto y fragrante fruto para su venidera gloria, el cual se produce solamente en la sombra. Él puede permitir a otros ser distinguidos, pero te guardará pequeño. Él puede permitir a otros trabajar para Él y obtener el reconocimiento por esto, pero dejará tus trabajos y fatigas, dejando desconocido lo que tú estás haciendo. Y para hacer tu obra aún más preciosa, Él puede permitir a otros obtener el crédito por las obras que tú has hecho, haciendo tu recompensa diez veces más grande cuando Jesús venga. El Espíritu Santo pondrá alrededor de ti una estricta guarda de amor celoso y te reprenderá por palabras soeces y malos sentimientos o por malgastar tu tiempo, aunque otros cristianos nunca parecen tener aflicción por estos. Él puede no explicarte mil cosas, las cuales dejan perplejo tu entendimiento acerca de su trato contigo, pero si tú entregas completamente, Él te rodeará de celoso amor; te dará muchas bendiciones que vienen sólo a los que están dentro de su círculo más íntimo.

Entonces comprendemos que no basta con solo admirarlo, tienes que pagar un precio y dejar de ser tibio, Dios quiere cristianos llenos de fuego, Dios quiere que muramos al mundo y resucitemos en Cristo. "Si habéis pues resucitado con Cristo,... Poned la mira en los cosas de arriba, no en los de la tierra. Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios." (Colosenses 3:1..3). No basta solo con admirarlo, Dios requiere de cada uno de nosotros su máxima atención, Yo no se cuanto tiempo le estarás dando al Señor, pero si se que es bueno que revises tu dedicación a El. Si al revisar te das cuenta que casi nada de tiempo le das, reflexiona... todo lo que tienes, todo lo que eres y todo lo que habrá de venir, solo El te lo da. ¿No crees que merece mas atención de tu parte?.

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